El Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, señaló que en víspera de Día de los fieles Difuntos, que “lo único que podemos hacer por ellos es orar, para que en ese espacio de purificación, que es el purgatorio estén el menos tiempo posible.
Todo el mes de noviembre, es un tiempo especial para orar por los fieles difuntos, de hecho la Iglesia no deja de hacerlo permanentemente. Recordó nuestra muerte es cuando “nadie piensa en nosotros”, luego de haber dejado este mundo.
Por eso, si en algún momento olvidáramos a nuestros familiares, la Iglesia nunca los olvida, porque siempre en la eucaristía se pide por todos los fieles difuntos, destacó el Arzobispo de Panamá.
Destacó monseñor Ulloa que el 1 de noviembre, con la fiesta de todos los santos, y el 2 de noviembre, con el Día de los Fieles difuntos, son dos días especiales para orar por nuestros familiares que han partido a la Casa del Padre. Porque, añadió, como dijo San Agustín: “Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios”.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 1030 señala que “los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo”, por eso se hacen misas, rezos, novenarios, indulgencias y otras oraciones por los fieles difuntos.