El obispo del Vicariato Apostólico del Darién, Monseñor Pedro Hernández Cantarero, agradeció al personal sanitario las atenciones y cuidados que le concedieron en el hospital, las cuales le ayudaron a salir de la crisis de salud que le provocó la COVID-19.
Antes de ser llevado al hotel donde terminará su cuarentena, el obispo se dirigió a médicos, enfermeras y técnicos con palabras llenas de agradecimiento y calidez paternal. Monseñor Pedro, al darles la bendición, destacó la importante misión que cumple el personal sanitario en favor del país y de quienes están aquejados por la enfermedad y sus secuelas.
Seguimos unidos en oración por él y todos aquellos que están padeciendo este mal.