Con la participación de más de 120 jóvenes y niños pertenecientes a diferentes denominaciones religiosas se celebró la Copa de la Paz, como parte de las actividades deportivas, del evento Celebremos Panamá 2019, organizado por la Arquidiócesis de Panamá, en el Mirador Pacífico de la Cinta Costera.
El arzobispo metropolitano, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta manifestó que este es también un fruto importante que dejó la pasada Jornada Mundial de la Juventud, donde niños de diferentes credos entre ellos católicos, judíos, musulmanes, budistas, anglicanos, metodistas, evangélicos y de la fe B’hais, mezclados entre sí, han podido demostrar lo que nos une, a través de un gran deporte como lo es el fútbol.
“Quisimos volver a repetir esta experiencia, porque sabemos que la transformación de esta sociedad, el quitar prejuicio, el valorar al que piensa distinto, viene precisamente de quienes el Papa Francisco definió como el presente, que son los jóvenes”, afirmó monseñor Ulloa.
En esta competencia, aclaró Monseñor Ulloa lo importante es que sin perder cada uno su identidad se hace un trabajo para reconocer lo valioso que tiene el otro hermano.
El Rabino Gustavo Kraselnik, destacó sentirse contento de que se haya podido celebrar esta primera edición de la Copa de la Paz donde jóvenes comparten su pasión por el fútbol y que sea un marco del primer año de la JMJ.
“Esperamos que de verdad año tras año podamos seguir haciéndolo y creciendo en la experiencia porque este es el mensaje que queremos trasmitir más allá de las diferencias religiosas, que podamos compartir y disfrutar de muchas cosas, entre ellas una jornada de fútbol”, agregó.
Entretanto, Nora Ibertelo organizadora de la Copa de la Paz informó que para estar en consonancia con el espíritu de la liga, a cada equipo se le colocó el nombre de un valor siendo ellos: Amor, Alegría, Encuentro, Respeto, Solidaridad, Humildad.
Agregó que en la categoría de niños ganó el equipo Respeto; mientras que en las de niñas se adjudicó el primer lugar ganó el onceno Solidaridad.
“El espíritu del encuentro no ha sido tanto competir sino compartir y confraternizar, y creo que lo hemos logrado ampliamente”, concluyó.