Al iniciar el mes de la Patria, hacemos un llamado a la ciudadanía y a las autoridades para que prevalezca el respeto mutuo, la escucha atenta, el diálogo, la cordura y la tolerancia como caminos para encontrar el consenso nacional ante un tema tan sensitivo e importante como es el de las reformas constitucionales.
El ambiente de tensión y violencia, que dejó heridos y daños materiales, vivido en los últimos días, ha sido de enorme preocupación para los habitantes en este país.
Si bien, no es negociable el derecho fundamental a protestar y manifestarse sobre temas nacionales y vitales en la vida del país; no menos importante es que deba realizare sin violencia y respeto, para que el clamor del pueblo no sea desvirtuado.
Las reformas constitucionales demandan la participación plena de todos los sectores del país, sin exclusión de nadie, por lo que hay que garantizar que esto sea posible a través de un mecanismo serio, ágil y transparente, en el que se pueda consignar todos los aportes, para llegar a un consenso nacional.
Panamá merece una Constitución que responda a los desafíos del mundo actual, sin menoscabo de los valores y principios éticos y morales que la ha sostenido a lo largo de su historia.
Urge más que nunca devolver la esperanza perdida a causa de la injusticia, de la corrupción y la exclusión. Para ello, a cada uno nos corresponde sembrar signos visibles y tangibles que hagan germinar la credibilidad y la confianza en Panamá.