Este 21 de marzo el Papa Francisco envió una carta a un grupo de migrantes que se encuentran en el Campo de Acogida de Lajas Blancas en Darién

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“No se olviden nunca de su dignidad humana. No tengan miedo de mirar a los demás a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. Con estas palabras el Papa Francisco alienta a un grupo de migrantes que se encuentran en el Campo de Acogida de Lajas Blancas, a las afueras de la selva panameña del Darién, en donde viven alrededor de 3.000 migrantes que provienen de Venezuela, Ecuador, Colombia, Haití, Nicaragua y otros países latinoamericanos.

Asimismo, el Santo Padre agradece a los Obispos y agentes de pastoral de Panamá, Colombia y Costa Rica que se encuentran reunidos del 19 al 22 de marzo en Panamá para abordar las cuestiones pastorales de la crisis migratoria, en el evento denominado “Pascua con nuestros hermanos migrantes”

A los migrantes les recuerda que “No son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios. Y gracias por estar ahí”.

Este mensaje del Santo Padre, fue leído por el Nuncio Apostólico, monseñor Dagoberto Campos Salas, en la visita que realizaron los obispos fronterizos de Costa Rica, Colombia y Panamá, al albergue de migrantes, que llegan a Lajas Blancas, a través de canoas por el Río Chucunaque.

“Solo Dios sabe lo que hemos sufrido” fue la frase que brotó entre sollozos de un hombre de unos 40 años, al bajar de la embarcación y abrazar a uno de los sacerdotes que se encontraban a la orilla del río; mientras que en otro instante se escuchó la voz de una niña que preguntó a su mamá, con inocencia y anhelo: “ya llegamos a Estados Unidos”.

Monseñor Mario Álvarez, Administrador apostólico de Quibdó – Colombia brindó sus impresiones ante esta dolorosa realidad.

El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, también pidió a los migrantes que «no permitan que les roben la esperanza ni que le impidan seguir soñando”, al tiempo que manifestó su gratitud “a este pueblo noble del Vicariato Apostólico de Darién que con mucho esfuerzo trabajan tendiendo la mano».

Los obispos y agentes de pastoral también tuvieron un espacio para orar junto a los migrantes, para fortalecerlos en la fe y en la esperanza en Jesucristo, que no deja de escuchar a quienes claman justicia y misericordia.

Ante este gesto, se expresó Monseñor Daniel Blanco, Obispo Auxiliar de San José – Costa Rica.

Un signo de solidaridad durante la visita de los obispos y agentes de pastoral, realizada el 20 de marzo, fue la donación de tres mil kits de aseo personal: 600 para niños; 1100 mujeres y 1300 hombres, considerando el promedio de dos mil a dos mil quinientos migrantes que llegan por día en estos lugares de recepción.

El padre Fabio Baggio, Subsecretario de la Sección de migrantes y refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral expresó parte del objetivo de este encuentro.

En esta visita, acompañaron los obispos fronterizos, miembros del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, organizador del encuentro, el representante del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamericana y el Caribe, así como directores de pastoral social, miembros de la Pastoral de Movilidad Humana y de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red Clamor).