El Papa Francisco inauguró el miercoles 3 de octubre del 2018, el tan esperado «Sínodo de los Jóvenes».
«Los jóvenes , la fe y el discernimiento vocacional» es el lema de este Sínodo 2018. Siguiendo las líneas del Papa de abrir las puertas y anunciar el Evangelio.
El término Sínodo viene de dos términos griegos: syn (juntos) y yhodos (camino), y expresa la idea de «caminar juntos». En el Vaticano hay varios organismos que forman la curia romana y se encargan del gobiernos de la Iglesia atendiendo a diferentes sectores y ámbitos.
Pero había una inquietud por tener una estructura donde hubiera representación de la iglesia universal a modo de asamblea de obispos de todo el mundo que ayudarán al Papa en el gobierno de la Iglesia con su consejo.
Y así creó el Papa Pablo VI, el 15 de septiembre de 1965, el Sínodo de los Obispos, como institución permanente, dependiente directamente del Papa.
El Sínodo de Obispos se reúne cuando el Papa lo convoca y con el tema que les proponga a estudio, análisis, debate y consulta. Lo preside el Papa y tiene un proceso largo de preparación a fin de que el documento de trabajo, que se llama «Instrumentum laboris», y es la base para la discusión en el Sínodo, de frutos de una amplia consulta a toda la Iglesia.
Un Sínodo sobre, para y con los jóvenes:
El Papa Francisco ha realizado ya dos Sínodos: el Sínodo sobre la nueva evangelización y el Sínodo sobre la familia. Su propuesta es que el proyecto de Dios para los hombres y mujeres de todos los tiempos llegue a todo el mundo y todos los ámbitos de la vida, sin excepción.
Y es por ello que este tercer Sínodo que convoca nos invite a interrogarnos sobre cómo acompañar a los jóvenes en el camino de la fe, en sus decisiones vitales, y pedir también a los mismos jóvenes que ayuden a identificar las mejores formas hoy para anunciar la Buena Noticia