Ante el profundo dolor que nos embarga a todos los panameños, por los hermanos que han perdido la vida durante los días de protestas, elevamos al Altísimo nuestras oraciones para que los reciban en el Reino Eterno y ofrezca fortaleza a sus familiares.
Estos episodios jamás deben hacernos olvidar que somos una nación de tradición noble, pacífica, fraterna y solidaria. Evitemos que el ensañamiento se posesione de nuestro país. Panamá es una tierra bendecida por su gente, que ha superado situaciones difíciles, sin perder su vocación de libertad y entrega al servicio del bien común.
La patria es un don, pero también un compromiso ciudadano ineludible. Todos estamos llamados a encontrar los caminos de paz y justicia social, que nos propicien el Panamá que todos nos merecemos.
Oremos al Padre para que no nos deje caer en la tentación de la violencia. Pongamos nuestra mirada en aquellos que más necesitan de todos nosotros, y no se merecen un país inestable e inseguro. Todos somos hermanos, hijos de Panamá, y nuestra meta ha de ser el Bien Común. Invitamos a todos los cristianos y a los hombres y mujeres de buena voluntad, a renovar nuestro compromiso por la paz y a no ser indiferentes ante el dolor que toda confrontación es capaz de causar.
Panamá, 8 de noviembre de 2023.