Este viernes 4 de agosto, Fiesta del Santo Cura de Ars, nos unimos a la celebración universal del día del Párroco.
Como obispo, soy consciente del trabajo apostólico que los sacerdotes realizan, pero de manera particular cuando asumen el rol de párroco. Por eso en nombre del Señor deseo reconocerlo y alentarlo en continuar con su generoso servicio.
Reconozco que tengo una particular valoración y estima por este ministerio sacerdotal, quién en la parroquia, vive de una manera plena y concreta la misión de Jesucristo, el Buen Pastor.
En la parroquia, se encuentra toda nuestra vida como hijos de Dios. En ella nacemos a la vida cristiana por el bautismo y crecemos como familia cristiana. En este ámbito local es donde se aprecia en toda su dimensión eclesial la persona y el ministerio del párroco.
Para llevar una renovación pastoral en la parroquia, la primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Jesucristo, porque solo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar una parroquia.
Animamos a las comunidades parroquiales a que manifiesten su alegría por contar con un párroco.
Que el Señor nos brinde a la Iglesia, unos santos y buenos sacerdotes, para que sean entusiastas administradores de esa porción del pueblo de Dios, llamada parroquia. Amén.
Panamá, 4 de agosto de 2023