En una emotiva ceremonia interreligiosa se honró la memoria de los casi tres mil fallecidos a causa del COVID-19, en la que participaron las autoridades gubernamentales, representantes de las comunidades de fe, de las organizaciones de la sociedad civil y de las etnias negra e indígenas, que han estado en la primera línea de combate de esta pandemia, en la solemnidad de los fieles difuntos.
En la Catedral Basílica Santa María la Antigua, el 2 de noviembre, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, presidió este acto convocado por el Gobierno Nacional para honrar a los caídos por el coronavirus, donde señaló que “con esta celebración interreligiosa, queremos hacer nuestro ese sufrimiento, especialmente de los familiares de los casi 3 mil fallecidos por el COVID-19. No están solos, su duelo es nuestro duelo. Nuestro país también los ha perdido y la Patria llora su ausencia junto a ustedes. Esta oración comunitaria quiere ser un bálsamo ante este profundo dolor, que nos hermana y nos hace más solidarios”.
Además de describir la difícil situación que atraviesan los contagiados como los familiares, especialmente cuando reciben la noticia del fallecimiento de su ser querido a través de una llamada telefónica, el arzobispo Ulloa advirtió que existen otras pérdidas que se sufren en esta pandemia “que también nos duelen y que solo juntos podemos sobrepasarlas”, como son la pérdidas de la salud física y mental, el empleo, la familia, la paz, la confianza y especialmente la esperanza ante la incertidumbre del futuro que nos espera, al no haber una vacuna para contrarrestar el virus y las posibilidades de regresar a una cuarentena total si se da un rebrote”.
Estas son las pérdidas de muchas personas en este país, que está minando las voluntades, causando frustración y desesperación en la población, agregó. Pero a la vez invitó a todos a participar en la convocatoria que hará el gobierno nacional para un Pacto del Bicentenario, en el contexto de los 200 años de la independencia de Panamá de España, porque es una oportunidad, que “reclama la activa participación de toda la ciudadanía y una actitud que privilegie el diálogo y no la confrontación”, para construir el país que todos soñamos.
Para monseñor Ulloa esta es la hora del diálogo, de los acuerdos y de los proyectos concretos y viables, para gestar un nuevo pacto social para Panamá, donde debe existir “la firme voluntad de privilegiar el bien común que solo es pleno cuando protege y promueve la dignidad de quienes son más pequeños y vulnerables”.
“Hoy oramos juntos porque sabemos que somos distintos, pero no distantes, y entendemos a la Patria como la casa de todos, donde cabemos y merecemos vivir en paz y prosperidad. Esperamos que este sea el espíritu esta noche, y sea también el tono de la convivencia de todos los panameños y residentes en este bello país, a partir de ahora, porque juntos debemos darle a Panamá un futuro mejor”, recalcó el arzobispo Ulloa.
En esta ceremonia interreligiosa oficial, donde el gobierno nacional quiso honrar a los caídos en la pandemia, el Presidente de la República, Laurentino Cortizo, no pudo asistir, debido a que una persona cercana salió positivo al Covid-19, y aunque su prueba salió negativa por prudencia se mantiene en cuarentena. El estuvo representado por la Ministra de Gobierno, Su Excelencia Janaina Tewaney Mencomo, y se contó con los ministros de Estado y demás autoridades gubernamentales y miembros del cuerpo diplomático.
Por su parte, los representantes de las comunidades de fe elevaron sus oraciones en inglés, hebreo, árabe y español, en memoria de los difuntos. Participaron el Obispo Julio Murray, presidente del Comité Ecuménico de Panamá; el señor Frank Kardonski, representante de la Comunidad Judía; Sheikh Mohamed El Sayed, representante de la Comunidad Islámica; el Pastor José Antonio MC Kella Cane, de la Alianza Evangélica de Panamá; y la Señora Yolanda Rodríguez, de la Comunidad Baha”i y otros hermanos y hermanas.
Un momento muy sensitivo, fue el acto del Lucernario, donde representantes de los servidores del gobierno, de las organizaciones sociales, de las etnias, encendieron una luz por cada uno de los que donaron su vida al estar en la primera línea de contención de la pandemia: Servidores de la salud; Cuerpo médico y sanitario; la Fuerza de Tarea Conjunta de Seguridad y Turismo; el Voluntariado de Panamá Solidario, las diversas ONGs, Clubes Cívicos y todos los que han servido anónimamente al país; Las Hormiguitas y el Personal de Aseo; docentes, estudiantes, indígenas y afropanameño y productores agrícolas.
Finalmente con esta ceremonia interreligiosa, se concluyó con un video (mapping) en honor a los caídos del Covid-19, utilizando la parte frontal de la Catedral Basílica, que tuvo como fondo la canción inédita “Somos la vida”, compuesta por Grettel Garibaldi especialmente para este homenaje, en la que la producción musical, los arreglos musicales, fue realizada por músicos panameños. Es una manera de rendir un tributo muy emotivo a Panamá en este mes de la Patria. Un mensaje de solidaridad, que es quizás una de las mayores enseñanzas que nos ha dejado esta pandemia, unión, respeto y mucha fe, explicó Ricardo Ramírez, productor creativo.