Por su parte, Orlin García de Honduras y Ana Karina Villalba de Venezuela, pidieron al Papa más experiencias de Scholas en sus países; además Ana Karina le entregó una carta de parte de su familia.
Martha Avila, de Honduras, lo abrazó, lloró y pudo transformar su dolor como víctima de bullying en una canción que se animó a cantarle a cappella al Papa. Al terminar el Papa les dijo: “Ustedes han tocado mi corazón, quiero que esta canción, si me permites su letra, se difunda por todas partes”.
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