Monseñor Uriah ha quedado en la historia de la Iglesia en Panamá, porque es el único
sacerdote panameño ordenado Obispo por un Papa y ahora Santo de la Iglesia, de
manos de San Juan Pablo II, un 6 de enero de 1994.
Monseñor Uriah ha quedado en la historia de la Iglesia en Panamá, porque es el único
sacerdote panameño ordenado Obispo por un Papa y ahora Santo de la Iglesia, de
manos de San Juan Pablo II, un 6 de enero de 1994.